Tandil es la ciudad serrana de mayor belleza en la Provincia de Buenos Aires. Además de sus paisajes, la cercanía con la costa atlántica la convierte en un centro de atracción turística de gran importancia. En verano como complemento de la playa, y el resto del año atrae el turismo que busca el contacto con la naturaleza, aire puro y tranquilidad para disfrutar en familia.
La incomparable belleza de esta ciudad, capaz de proporcionar un descanso reparador y estimulante, además de deleitarnos con los placeres más puros, nos posibilita otras delicias que bien vale la pena disfrutar.
Gozar en plenitud de la bella salida del sol, llenando los pulmones con el aire puro y fresco de la mañana.
Contemplar la ciudad o avistar los pájaros desde la cima de los cerros.
Apreciar la exuberancia de su fauna y flora, de sus suaves sierras y el rumor de los arroyos que bajan serpenteando entre los cerros.
Escuchar la naturaleza, conforme va declinando el sol, en medio de los trinos de los pajáros inquietos ante la retirada de la luz.
Asistir, luego, ante una luna inmensamente bella, al inconfundible concierto de los grillos, o entrar en el ruido de la gente, disfrutando las diversiones, los entretenimientos, el trato amable y cordial de una ciudad animada y bulliciosa, pero al mismo tiempo tranquila y silenciosa.
En Tandil puede vivirse en definitiva, un sueño de placer en el mejor de todos los mundos posibles: el mundo de la naturaleza profundamente insondable y bella.
domingo, 20 de enero de 2008
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